miércoles, 6 de junio de 2012

Panamá: infraestructura sin cultura


Luis Felipe Barriga A.
Jenniree Barbera
Evelyn Suarez
Orlando Prescott
Norma Cerrud


Un proverbio reza: “lo importante no es la cantidad sino la calidad”; la analogía bien podría aplicarse al crecimiento económico acelerado que ha tenido Panamá, con mucha infraestructura sin verdadero cambio cultural. Al comparar a Singapur con Panamá vemos que los modelos económicos son símiles en: ingresos provenientes de puertos, centro bancario eficiente y economía abierta, pero si nos metemos en el atolladero del asunto vemos que contrastar a Panamá con Singapur es como decir que la “magnesia y el magnesio” son lo mismo.
La falta de mano de obra calificada, escasez de educación con estándares de excelencia,  corrupción política y el caos de la ciudad, le están arrancando a los panameños el sueño de vivir realmente en Singapur. Para que Panamá parezca Singapur, primero se debe  invertir en educación e inyectar dinero a la producción local, con esto se ayudaría a disminuir la marcada diferencia de clases, donde los pobres pierden poder adquisitivo debido a que no tienen capacidad de inversión y los ricos son más fuertes porque tienen capacidad para introducir capital.
A pesar de esta realidad hay iniciativas que llevan a los panameños hasta Singapur sin tomar un avión; la expansión del canal de Panamá, el Metro, el reordenamiento vial y Panamá Pacífico son algunas de ellas. Mencionamos a Panamá Pacífico porque es la sinergia perfecta entre gobierno y empresa privada, en donde se crean incentivos fiscales para que compañías se  trasladen a esta zona, y así, crear nuevas plazas laborales y colocar un centro industrial  fuera de la ciudad.  Con esto, estamos seguros que a Panamá le falta mucho para llegar a ser igual a Singapur pero sabemos que ganas no le faltan.  

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