jueves, 16 de agosto de 2012

EL FENOMENO DE LA INFLACIÓN EN PANAMÁ



Francy Pineda.
Marcos Salazar
Ender Colina.
Karen Brand.


Ciertamente en los últimos años Panamá ha sido reconocida internacionalmente por su gran desarrollo económico, pero en los sectores más humildes de la sociedad panameña, este desarrollo aún no llega. 
Hablar de inflación cuando a nuestros ojos son  visibles las grandes edificaciones que cada día se levantan, los inmensos proyectos que se desarrollan, los lujosos carros que transitan por las reducidas calles de la ciudad, los  inmigrantes que cada día hacen presencia en el país y suma de eso la constante  inversión extranjera que  está llegando. Todo esto, hace un completo contraste con lo que  a simple vista se percibe como un  gran momento económico.
Cabe anotar que esas grande edificaciones son adquiridas por extranjeros con altos ingresos provenientes de su país, viendo a Panamá como una oportunidad de inversión, y los locales  son desplazados del centro de la ciudad, ya es normal ver como el panameño común  debe buscar vivienda en las afueras, aumentando de esa forma el gasto del transporte y sus costos básicos ( porque la mayor fuente de empleo sigue centrándose en la capital), a la vez que incrementa el costo de la canasta básica  posesionada  actualmente alrededor de los B/300.00 contra un salario mínimo de escasos B/. 400,00.
La estabilidad económica-social en los hogares panameños se ha visto afectada por el alza de precios en los productos alimenticios. Productos tan básicos como un litro de leche, el cual 6 años atrás se lograba adquirir por B/.  0,61  hoy en día se necesita ya  B/.  1,40 para comprar el mismo. Esto nos demuestra que el poder adquisitivo del pueblo panameño ha disminuido drásticamente en los últimos años, entonces dónde se ve el crecimiento económico que tiene el país en estos hogares. Lo cual nos lleva a la pregunta del millón de dólares: ¿Puede hacer algo el pueblo para mitigar la inflación? o el país requiere “voluntad política”  en la creación de reformas fiscales que lleven esta “bonanza económica” no sólo a los empresarios capitalistas,  sino también a los hogares panameños.  La historia en Panamá nos ha demostrado que somos un pueblo que lucha por lo que creemos es justo, y así como en su momento el pueblo panameño se lanzó a la calle a pelear por diversos tipos de leyes y reformas en la Asamblea Nacional, no es de dudar que si la situación económica para la percepción del pueblo panameño “empeora”, el mismo se alce a la calle en forma de protesta y en busca de soluciones. Ciertamente hoy en día para mitigar estos efectos inflacionarios en los productos alimenticios muchos panameños hemos tenido que reducir nuestro consumo, cambiar nuestros alimentos y hasta incluso hacer dieta. Cuando años atrás podíamos almorzar un buen bistec, hoy en día hemos recurrido a la sopa, pero no a la sopa rica en verduras y vegetales y con una gran presa de pollo, todo lo contrario los altos precios de los alimentos impiden al panameño comer estos platos de la cocina tradicional panameña. Ciertamente la inflación ha llegado a Panamá, y el pueblo espera que sus gobernantes tomen y estén tomando las medidas necesarias para mitigar la misma y no crear una mayor crisis en el país.
Inflación, el término en los últimos días más escuchado o leído se ha convertido en todo un hecho que por su nombre técnico muchos desconocemos, pero que por su realidad vivimos completamente.

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