Por: A.Navarro/J.Guardia/D.Valdés/M.Rodríguez/E.Torres/K.Montero/W.Samuels/J.Arauz
En nuestros días, la administración de la producción es
fundamental para el buen desarrollo y
crecimiento de las organizaciones y en los
pequeños aspectos de la vida misma.
Tendemos a pensar que mientras más recursos adquirimos
también lograremos mayor cantidad de producto final; sin embargo, esto solo es correcto si se aumenta en la
misma proporción todos los factores de producción involucrados. Caso
contrario, si solo aumenta un factor
mientras el resto permanece constante,
es posible que la producción aumente,
pero el margen de aumento cada vez será menor hasta caer en disminución.
Este análisis corresponde a la "Ley de los Rendimientos
Decrecientes" ideada por David Ricardo,
un economista de la corriente clásica nacido en el siglo XVIII.
Un ejemplo de esta teoría es que si
tenemos una hectárea de terreno con 15 vacas que producen 10 litros de leche
diarios cada una, en total la producción por día debe ser de 150 litros. Si
aumentamos la cantidad de vacas a 20 en el mismo terreno, es probable que
durante algunos días se logre una producción de 200 litros diarios; sin
embargo, debido a que el tamaño del terreno permanece igual, también la
cantidad de pasto, por lo que disminuye la cantidad y calidad de la
alimentación e hidratación de los animales. Además, las vacas podrían padecer
de estrés calórico y por hacinamiento, lo que finalmente se traduce en menor
producción en cantidad y calidad de la leche, llegando a puntos de producción
menores a los 150 litros diarios que producíamos inicialmente.
En conclusión, si tiene una
producción estable y desea aumentarla, es necesario hacerlo proporcionalmente
en todos los factores involucrados o realizar un estudio tomando en cuenta el
comportamiento de todos los factores para saber si es factible. Recuerde:
"vaca que no da leche, que no ensucie el corral".
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