POR: Gloria I. de
León _ Mónica Paris _Juliet Lyons_
Francisco Barrios _ Guillermo Espinosa
Hablar
de la canasta básica, es hablar de un tema sensitivo para los panameños pero
sobre
todo un historia que se vuelve cada día más trágica en nuestro país. El
CBA o canasta básica de alimentos, es el precio que paga por cubrir sus
necesidades nutricionales mínimas una familia promedio en Panamá (esto es 3.8
miembros), los cuales son seleccionados de acuerdo a su aporte calórico y
frecuencia de consumo.
La
CBA comprende un total de 50 productos, que al terminar el 2012, tenía un costo
de B/ 314.00. Estamos hablando de una cifra que se aproxima considerablemente
al salario mínimo del panameño. Ahora bien, si solamente un miembro de la familia trabaja, esto es un 75% de su
salario que se va exclusivamente en alimentos. ¿Y el transporte, la energía, el
agua, la vivienda, la educación, entre otros, que también forman parte de la
canasta básica? Esto nos dejaría aproximadamente menos de B/ 120.00 para cubrir estos gastos.
¿Qué
pasa entonces con todos aquellos panameños que están por debajo del salario
mínimo y que viven en extrema pobreza? Panamá siendo uno de los países de
América Latina con mayor crecimiento
económico, sigue siendo uno de los que tiene menor poder adquisitivo.
El
gobierno actual en su afán de mejorar esta situación, crea las Jumbo ferias, con
el famoso arroz compita, una especie de curita para una gran herida, que ocupo el
primer lugar dentro de los problemas más grandes que tiene nuestro país. Muchos
hablan de crear subsidios por parte del gobierno para las familias de bajos recursos, proyectos de
leyes que no han sido aprobados. Otros de frenar o congelar el aumento en los
alimentos, faena no tan fácil, ya que éstos dependen de las variaciones del
precio del combustible o la escasez de materias primas. Y por último,
buscar una solución en el aumento del salario mínimo, el cual podemos resumir en
dos palabras, ¡efecto dominó!, yo te aumento el salario, pero para cubrir ese
gasto tengo que subir el costo del producto que vendo, entonces, quedamos en lo
mismo.
Tal
vez de aquí a un tiempo todo este más caro, no lo sabemos, lo que si tenemos
claro es que la calidad de vida hay que mejorarla porque el ‘’bolsillo del panameño no estira para más’’.
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