Por: Leisys Soriano
Ezequiel Pérez
Sue Vásquez
Iris
Castillo
Aracelis Caballero
“Panamá Puente
del Mundo, Corazón del Universo”, frase célebre que identifica a nuestro país
como
punto estratégico y logístico en toda la región, nos pone en la mira del
resto de las naciones cuyos inversionistas ven en Panamá la oportunidad de
realizar negocios, gracias a atractivos como el uso del Dólar como moneda local
y al gran desarrollo económico que ha tenido el país en los últimos años.
En el 2010, la
firma Forensic&LitigationConsulting
(FTI) evalúa los indicadores latinos de seguridad y sitúa a Panamá en un tercer
nivel, en una escala de 1 a 5, siendo el quinto nivel una nación muy peligrosa.
Además, FTI concluye que a pesar que son muchos
los factores que conllevan a negocios fraudulentos, los principales en Panamá
son la estabilidad política y el bajo costo de vida en comparación con
la región.
En Panamá, el
tener un sistema financiero estable con regulaciones fiscales estrictas y
contar con instituciones como la Superintendencia Bancaria (SBP) y la
Superintendencia del Mercado de Valores de Panamá (SMVP), que velan por la
seguridad financiera del país, no nos ha librado de los grandes escándalos de
fraude, entre los cuales podemos mencionar: Banaico, Banco Disa, DMG, Fotokina,
British American y el más reciente FinancialPacific. Estos casos han producido
más de 400 millones de dólares en pérdidas.
Por esto, es necesario tomar medidas
preventivas y correctivas, actualizando la legislación financiera, llevándola
al nivel de los países más avanzados y aplicando normas de conducta y
principios éticos para proteger los recursos financieros.