Por:
Alexis Angulo
Dido Chávez
Delia Chin
Raúl Castillo
Los fondos
soberanos provocan cierta desconfianza en los circuitos financieros y en
algunos gobiernos debido a la cuantía de sus inversiones que en ocasiones
conlleva también la toma de control de importantes empresas y bancos y a los procedimientos poco transparentes en su gestión,
como la falta de un reporte anual o de criterios conocidos de inversión.
Panamá se
perfila como una de las economías más crecientes de la región, sin embargo hay
algunos puntos que valorar. Además, está el tema del Fondo Soberano que ya se
debate en la Asamblea Nacional.
El establecimiento de un fondo soberano no es un concepto nuevo; aunque el término fue acuñado en 2005 por el autor Andrew Rozanov en su libro ‘Who Holds the Wealth of Nations’, la verdad es que naciones alrededor del mundo Chile, Singapur, Noruega, entre otros establecieron fondos soberanos por diversos motivos desde hace mucho tiempo. Según las proyecciones, el fondo soberano deberá pasar de aproximadamente 1,200 millones de dólares al momento de su establecimiento, a unos 4,500 millones de dólares en 2,020 (8 años), a más de 10,000 millones de dólares en 2,025 y alcanzar los 20,000 millones de dólares en 2,030.
Quizás las pequeñeces de las cuales todos sufrimos intermitentemente no nos permitan de tiempo en tiempo visualizar la grandeza de que Panamá cuente con un ahorro de esta magnitud; en ese momento, mejor apaguemos la tele, pongámonos la camiseta roja con el número 12, caminemos al estadio y veamos el próximo triunfo de nuestra selección.
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