Por:
Ingrid Benavidez
Ilka Perea
Karla Rivera
Ismael Barrera
En 1959, el economista austriaco expuso sus ideas en seis conferencias
dictadas en Buenos Aires; todas ellas recogidas en un libro que se tituló
“POLITICA ECONOMICA, pensamientos para hoy y para el futuro”. En su libro La intervención
de los cambios y el comercio bilateral nos habla de que todo bien económico,
por definición, escasea; en otras palabras, las disponibilidades de cualquier
bien económico resultan siempre insuficientes para atender cuantos empleos al
mismo útilmente cabría dar. La Escasez, por lo tanto, obliga a las personas a
optar, renunciando a satisfacer necesidades menos apremiantes para satisfacer
aquéllas más urgentes. Para que las decisiones sean las más acertadas, existe
un gran mecanismo para comparar: los precios.
El Socialismo, según Von Mises, elimina la existencia de Precios
competitivos, lo que imposibilita tomar decisiones. Explica además que la recargada emisión monetaria de los
gobiernos va en deterioro de la población en general y como este comportamiento lleva
a la inflación, siendo no solo perjudicial para el país que emitía sino
que tiene efectos negativos en la economía mundial. Su idea principal es la
migración de capitales lo que según el autor llevará al progreso de los países
por razón de la inversión extranjera, buscando bajar los costos mediante la
reducción de los gastos salariales, trasladando estos gastos a los países en
donde hay un mayor desempleo, es decir que el dinero sea el que se migre más no
las personas. Esto lo deja claro en su 5° conferencia (argentina 1959) en donde se dedica al tema
de la inversión extranjera y cómo ésta mejora la economía en países subdesarrollados inyectando
capital para el desarrollo de industrias, creando empleos y salarios cónsonos
con la realidad. Pero hizo énfasis en
que la inversión debe hacerse en mercados libres y sin intervencionismos ni
políticas inflacionarias, donde su único papel del gobierno es el de promover
la acumulación del capital doméstico. Von Mises tuvo una adhesión al Laissez Faire a
toda prueba. Fue tanto, que rehusó conceder papel alguno al gobierno, ni
siquiera en la Política Monetaria, rol que era aceptado por casi todos los
economistas de su época. Es por esto que, aun sabiendo que no era el sistema
perfecto, propició el mantenimiento del "Patrón Oro" de la Moneda,
donde ésta vale su equivalente en oro y el Estado no interfiere en absoluto.
Era un hombre
liberal que a través de varios ensayos y teorías llego a la conclusión que la
economía se rigen a través de la acción humana, la espontaneidad y el
conocimiento disperso, haciendo que el resultado económico de la sociedad sea
una mezcla de todas las interacciones humanas en libertad.
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