La Gran Depresión

Por: Mariel González / Jahirizinho Jiménez / Carlos Pitti / Melissa Saborío

El optimismo desaforado de los locos años 20 impidió ver con claridad la fragilidad de las bases de la recuperación económica. Por una parte la desmesurada especulación bursátil había desencadenado un crecimiento ficticio de la economía y muchas acciones se transaban por encima de su valor real por otra la propiedad seguía sustentada en una fuerte endeudamiento a raíz del abuso de los créditos para acceder bienes de consumos. Llego un momento en que el notable incremento de la capacidad productiva superó las posibilidades de consumo de la población. Los primeros síntomas del desplome se hicieron sentir a mediados del año 1929 con el descenso de la actividad industrial producto del exceso de la oferta motivo de la caída de los precios en  las acciones de la bolsa de Nueva York. La inesperada baja impulsó a muchos accionistas a vender desesperadamente sus acciones para recuperar el dinero invertido. Así llegamos al fatídico 24 de Octubre de 1929 en que Wall Street sucumbió a la presión de una masa de desesperados inversionistas que querían deshacerse de sus acciones, se había producido el Crack de la Bolsa de NY. Al mismo tiempo los bancos empezaron a exigir el pago de los préstamos que habían concedidos a otros países y a particulares. Para 1932 la mayoría de los Bancos habían tenido que cerrar, afectando aquellas regiones más dependientes del sistema, principalmente Europa y América Latina. El optimismo de los años 20 se perdió y dio paso a la gran depresión de los años 30 como nadie podía comprar se produjo una baja general de los precios, los productos empezaron acumularse en las fábricas, bajaron los salarios y se disparó la Cesantía. Si en 1929 se contaba con 10 millones de desempleados para 1932 la cifra llegaba a 40 millones. Solo en los Estadio Unidos el 25% de la población activa quedo sin trabajo. La producción Industrial del mundo se redujo un 38%  y el volumen del comercio Internacional descendió en un tercio.