Yuliette Andrea Candela
Yahir Casaya
El IPC o Índice de Precios al
Consumidor es un indicador desarrollado por el Instituto Nacional de
Estadísticas y Censo (INEC) con el fin de calcular mensualmente la evolución de
la inflación.
Este es un indicador que todas la
personas están interesados en conocer, ya que de su porcentaje dependen muchas
cosas, como por ejemplo, los aumentos del sueldo.
El IPC representa el valor del costo
de la vida, ya que es un índice que recoge la variación que han tenido cada mes
los precios de los bienes y servicios consumidos por los hogares panameños.
La tasa de variación anual del IPC en
Panamá en febrero de 2017 ha sido del 1,9%, 3 décimas superior a la del mes
anterior. La variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) ha sido
del 0,3%, de forma que la inflación acumulada en 2017 es del 0,6%.
Hay que destacar la subida del 3,3%
de los precios de Enseñanza, hasta situarse su tasa interanual en el 3,5%, que
contrasta con el descenso de los precios de Transporte del -0,1%, y una
variación interanual del 6,2%.
De esta forma, si un conjunto de
productos o servicios aumenta de precio, la misma cantidad de dinero no
alcanzará para comprarlos. A eso se le denomina que el poder adquisitivo del
dinero se pierde con la inflación, que es lo que se refleja a través del IPC.
Las últimas subidas de precios en los
diferentes productos y los nuevos impuestos que quiere implementar el gobierno,
la descentralización, el cobro de un impuesto por un valor que adquiere una
propiedad antes de ser vendido, entre otros, terminan perjudicando a los
trabajadores del sector público y del privado, sumando que miles de panameños aun
no consiguen empleos, se sigue despidiendo, recortando y ajustando cuando se
precisa de volver al crédito particular y para las empresas no se podrá volver
al ritmo de consumo y de inversión que se precisa para crear empleo. Esta
subida a los impuestos no afecta a los comercios ni demás, ya que estos al
final trasladaran los nuevos costos al precio final del producto o servicio y
los que terminaran pagando estos nuevos costos serán las familias panameñas.
Cada vez que el IPC sube y supera los
salarios y las pensiones se da una pérdida cada vez más notoria del poder
adquisitivo y eso hace que se reduzca más el consumo y que el consumo actual se
vuelque a tener que comprar productos baratos e importados, y esto afecta de
lleno al mercado laboral panameño creando más desempleos.
Las cifras son muy evidentes. Tanto
en valores absolutos como porcentuales, la desocupación ha crecido
sostenidamente en los últimos años en Panamá.
Un total de 67,700 desempleados
habitaban en Panamá en 2012. Luego, la cifra ascendió a 70,970 en 2013, a
85,445 en 2014 y a 91,571 en 2015.
En términos relativos, esto significó
que la tasa de desempleo se ubicaba en 4.2% en 2012, en 4.3% en 2013, en 5.1%
en 2014, 5.3% en 2015 y 5.8% en 2016.
Si lo ponemos en comparación con el
aumento paulatino del IPC podemos notar que a medida que el IPC sube el
desempleo también aumenta.
Lo que nos lleva a preguntarnos.
¿Realmente el gobierno panameño está tomando medidas para ayudar a reducir el
crecimiento del IPC? ¿El gobierno está interesado en que el estado de vida de
los panameños mejoren y asegurar un mejor futuro para los niños de este país?
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