Cristina Pagonis
Si bien es cierto,
la Bolsa de Valores de Nueva York hoy en día es un recinto conformado por pantallas
luminosas, computadoras, tableros electrónicos, pisos de madera, profesionales vestidos de saco y corbata, en fin un lugar
que refleja la sofisticación de nuestros días esta no siempre fue así, como
muchos de los avances y logros que
disfruta nuestra sociedad actualmente, tuvo sus orígenes de violencia y sangre.
Todo inició en el
año 1478 con el establecimiento de la inquisición católica en España, la cual
obligaba a los judíos a convertirse al cristianismo, la misma liderada por el monje
dominico Tomás de Torquemada, del cual se dice que era un sádico pirómano que
disfrutaba con la tortura y posterior incineración de los acusados en la
hoguera lo cual causo la huida masiva de más de 200,000 judíos hacia Portugal y
con esto la fuga del conocimiento de cómo hacer crecer el capital. En Portugal
corren con la misma suerte en el año 1536 debido a la llegada e implementación
de la Inquisición Portuguesa.
Dichos judíos
llegan a lo que hoy en día conocemos como Bélgica, exactamente en la región de
Flandes y se dedican a lo que por mucho tiempo fue su principal actividad
económica “La Usura”, la cual también resulto ser la principal razón de su
persecución por la Inquisición Católica. En Flandes los judíos se organizan y
establecen sociedades financieras que fueron evolucionando de la usura a la
compra y venta de valores, de entre las cuales resalta la conformada por la
familia Van der Buerse. Siendo el significado etimológico de la palabra Buerse:
Bolsa, tal y como consta en su escudo de armas representado con tres bolsas de
piel que representaban los monederos de aquella época.
Pero no es hasta
1602 que se funda la Bolsa de Valores de Ámsterdam, considerada la más antigua
del mundo por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales para hacer tratos
con sus acciones y bonos después conocida como Amsterdam Bourse y fue la
primera en negociar formalmente con activos financieros.
Casi 200 años más tarde Inglaterra a raíz de la revolución industrial, se convierte en el centro financiero del mundo y crea la London Stock Exchange en 1801. Fueron años en los cuales hubo una aparente tranquilidad, la cual fue interrumpida nuevamente por la violencia y el derramamiento de sangre, ya que en el año 1918 estalla la primera guerra mundial la cual al finalizar deja a Inglaterra y su económica casi acabada. Es entonces que se consolida la Bolsa de Valores de Nueva York fundada en el año 1817, cuando un grupo de corredores de bolsa se organizaron formando un comité llamado "New York Stock and Exchange Board" (NYS&EB) con la finalidad de poder controlar el flujo de acciones que en aquellos tiempos se negociaban libremente y principalmente en la acera de Wall Street. En 1863 cambió de nombre a "New York Stock Exchange" (NYSE) nombre que perdura hasta nuestros días.
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