En 1934 el economista ruso –estadounidense Simon Kuznets
desarrolló el PIB (Producto Interno Bruto) para un informe del congreso. Diez
años más tarde, después de la conferencia de Bretton Woods en 1944, el PIB se
convertiría en un instrumento esencial para medir el crecimiento de la economía
de un país, y la riqueza del mismo.
Partiendo de la definición de PIB como “un indicador
económico que refleja la producción total de bienes y servicios asociada a un
país durante un determinado periodo de tiempo”, tenemos que resaltar la
importancia del mismo como base para la toma de decisiones tanto a nivel
gubernamental como a nivel empresarial.
Panamá
en el 2013 experimento un crecimiento en su economía, registrando un aumento
del 8.4% del PIB real, lo que representa B/. 33,573.5 millones. Durante este
periodo la mayoría de las actividades económicas del país mostraron niveles de
evolución positivos, como: La construcción, transporte terrestre y
telecomunicaciones, estas relacionada a la demanda interna, en la demanda
externa se destacó; la pesca y el transporte aéreo.
¿Este
crecimiento de la economía es directamente proporcional al bienestar social?,
Según datos del banco mundial: La desigualdad se mantiene alta en Panamá y es
que todavía persisten desafíos para el desarrollo de programas de servicios
sociales. Actualmente podemos ver los
niños y niñas de las comunidades indígenas que no pueden acceder a servicios
básicos de educación, electricidad y
saneamiento, como otros niños en áreas rurales. Conociendo estos datos nos
queda la interrogante si se puede tomar el PIB per capita como medida de
bienestar social y si realmente podemos basarnos en el PIB para medir el
crecimiento económico de un país.
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